La sorprendente y extraña playa de Papafragas se encuentra en la parte noreste de la encantadora isla de Milos, a unos cinco minutos en coche de Pollonia y quince de Adamas. Inmediatamente después se encuentra la playa de Kapros.

Toda la isla es muy particular, con un aspecto casi lunar en el que el blanco es el color dominante. La playa de Papafragas es un lugar especial, apartado y de difícil acceso, pero una visita obligada en Milos. Sería una gran pena perdérsela.

De hecho, la playa es muy pequeña, una estrecha franja de arena en la que caben un máximo de unas 20 personas. La particularidad de Papafragas son las cuevas excavadas en el acantilado volcánico que crean tres pequeños canales formando arcos naturales. Al ser tan pequeña, es recomendable visitarla temprano por la mañana o a última hora de la tarde para disfrutarla al máximo.

Dos de los canales conducen directamente a la diminuta playa, y un camino intransitable con una estrecha y difícil escalera excavada en las rocas blancas conduce hasta el mar. Las aguas son de un azul intenso, cristalinas y cambian de color según la luz del sol y las condiciones meteorológicas. Es importante tener siempre en cuenta el viento, ya que si no hay viento se puede pasar un día maravilloso explorando las cuevas de los alrededores. No olvides las gafas, las aletas, el tubo y la cámara subacuática. Para los menos aventureros, es posible relajarse al sol y darse refrescantes baños. Por el contrario, si el viento es especialmente fuerte, la playa de Papafragas se vuelve peligrosa por las corrientes que podrían empujarte contra las rocas o, peor aún, herirte con las rocas afiladas. Por ello, te aconsejamos que consultes las condiciones meteorológicas el día anterior para evitar hacer un viaje en vano o, peor aún, poner en peligro tu seguridad y arruinar así tus vacaciones.

Por supuesto, la pequeña playa de Papafragas no está equipada. En este mágico lugar solo hay naturaleza virgen sin intención de doblegarse al hombre. Lleva contigo todo lo necesario, desde agua hasta comida, protector solar y sombrero, y sobre todo lleva calzado cerrado si decides afrontar la escalera rocosa.

Para aquellos que prefieran una opción menos aventurera, la playa de Papafragas ofrece una vista idílica desde arriba que es perfecta para una sesión fotográfica memorable. El paisaje de la piscina natural y la gran cueva excavada en el acantilado es verdaderamente perfecto para una postal.

No muy lejos de la playa de Papafragas se encuentra el yacimiento arqueológico más antiguo de Milos, la antigua ciudad de Phylakope, que data del período neolítico. Aquí se pueden ver algunos restos de murallas, tumbas y edificios, aunque la mayor parte de la ciudad está ahora sumergida por el mar.

Dato curioso: Hace varios siglos, durante el período de los piratas, esta playa secreta era una base donde los merodeadores del mar escondían sus tesoros y se refugiaban de las represalias de la ley.